miércoles, 9 de septiembre de 2015

Y yo no sé que contestar

Esto se acabó como empezó casi sin ruido, sólo con música de acompañamiento. Y es que a veces me sienta tan bien escuchar música. Aunque con algunas canciones acabe llorando como una magdalena, pero oye... que también desahoga. Con otras ocurre lo contrario, me levantan el ánimo y sin darme cuenta estoy moviendo la cabeza.
Por eso suelo acompañar mis entradas con canciones, porque forman parte de mi día y me dicen mucho más de lo que parece.
Hoy mientras estaba limpiando he comenzado a tararear ¿qué te pasa?, supongo que como Manolo Tena, a veces las cosas se van estropeando y no sabes ni cómo ha sido. Y a veces quieres hablar y otras no. O a lo mejor no sabes ni que decir o por empezar.

Después sin darte cuenta te recompones, porque hay que seguir, siempre hay que seguir. Pierdes un poco de inocencia en cada paso, aunque quizás ganes algo también, sea paciencia u otra cosa .

Rehacerse a los golpes, no es fácil, pero no sé como al final se logra o por lo menos se aprende a vivir.  Te agarras a lo bueno que tienes y para adelante. 
Ayer pensaba en el día de tu primera operación (yo siempre me agarró en esta segunda oportunidad y tiró de ella ). Tras el desconsuelo de las primeras opiniones y las negras expectativas, sólo podía confiar . Fueron 16 horas esperando que todo iba a ir bien. Te despedí con un beso a las 9 de la mañana y te volví a ver a la una de la madrugada , aunque apenas te reconocí A. Estabas todo hinchado y con esos tubos .
Recuerdo claramente toda la explicación de la operación del  Dr. Neurocirujano , el porqué había sido tan largo, los detalles y complicaciones. Y que no habían podido quitarlo todo, pero que no podían seguir. Para él era un fracaso, pero yo no lo vi así, pensé que se podría. Que esa vez no había sido, pero que sería a la siguiente. Supongo que hablaba la inocencia de la primera vez o la esperanza que me acompaña.

Y hubo más operaciones y esas se fueron enfrentando de manera diferente. También pasaron muchas cosas que hicieron que nos sintieramos distintos. Pero eso es otra historia que quizás recuerde otro día.
Al final nos salió bien, estás conmigo y estupendo. Por eso me agarro a ti y aunque no sé si alcanzaremos nuestro otro sueño, mientras nos acurrucaremos juntos .
Aunque eso sólo lo pienso, porque si me preguntas qué me pasa, quizás yo tampoco sepa que contestar.



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