lunes, 26 de septiembre de 2011

A mal tiempo buena cara o como buscar planes alternativos estupendos

Este fin de semana volvimos a Madrid. Intentábamos ver la exposición de Antonio López que terminaba este domingo, pero nooooo pudo ser...Sabíamos que estaban agotadas las entradas, pero pensamos y si madrugando queda alguna en taquilla. Pues no...
Bueno A. también hay que decir que aunque era imposible nos sirvió de excusa para ir a ver a los amigos. Después de la semana pasada nos quedamos todos muy "tocados" y queríamos disfrutar juntos algún fin de semana (y es que la vida o mejor el trabajo te lleva sin querer a bastantes kilómetros de distancia ). Así que sin actividad cultural, nos dedicamos a las culinarias.
Tuvimos comida de sábado (arroz estilo le hecho lo que tengo porque íbamos a comer fuera, pero tuvimos que cambiar de planes a ultima hora, aliñado al  toque se me pasó un poco porque la niña no quería comer y hubo que esperar a que se terminara los fideos) en casa de los primeros anfitriones-papas de niña que sabe demasiado y les tiene cogidos el punto.  La cena fue más tranquila (salimos fuera y  dejamos a la niña con canguro).

El domingo hubo barbacoa en casa de otros amigos comunes papas de niña aún pequeña, pero con genio.  Así que juntamos niñas. Yo me dedique a las tareas de cuidadora infantil y nos metimos en  la mini-tienda de campaña portátil las dos nenas y yo (de esas quechua),  fingiendo sufrir las mayores inclemencias meteorológicas,  y es que a estas niñas les va la marcha. Los padres de las criaturas  asaron los churrascos, chorizos y salchichas (la carne nos puedeeeeeeee), también hubo alguna ensalada (pero para calmar conciencias, porque de esa si sobro).

Y así entre vinos y comidas pasamos un fin de semana la mar de apañao.




Nota: Me encantó nuestro vigilante de habitación.Como no era cuestión de llevarnoslo le hice una foto.
 A.  nos dieron cama y comida. Qué más queremos¡¡¡

lunes, 19 de septiembre de 2011

Llamador de ángeles

Este fin de semana hemos tenido visita (una estupenda, a la que queremos mucho, verdad A.?). Me ha traído un regalo: un llamador de ángeles. Realmente no hacía falta, pero me ha gustado mucho, ya que me ha explicado lo que significaba para ella.

Durante un tiempo me han ido regalando diferentes amuletos para "ayudarnos". Los he recogido todos porque lo hacían con mucho cariño y fe.  Y cualquier ayuda extra nunca está de más... por si acaso.

Yo también tuve mi talismán personal hasta que pasó la primera gran revisión. A. 
Lo confieso.
Lo llevaba puesto el día de tu ingreso.
Recuerdo que lo agarré fuerte y me dije que no me lo quitaría hasta que pasara todo, que lo íbamos a superar. (Y mira que a mí me gusta cambiar de accesorios). Pues ese año no lo hice. Daba igual donde fuera siempre lo llevé puesto  (y eso que el cordón se enganchaba al pelo y casi me tejo un jersey con los mechones que se llevo en el camino).  Hasta que llegó a la fecha que había fijado. 

Ese día al llegar a casa me lo quite, la sensación fue rara. De alegría por donde habíamos llegado y de pena porque se había convertido en una ayuda invisible (o una manera de auto-animarte, a veces lo cogía fuerte y pedía....).

De vez en cuando, me lo pongo, sólo porque me gusta. Aunque siempre digo que tengo que cambiarle el dichoso cordón de una vez. 


jueves, 15 de septiembre de 2011

No puedo parar de llorar

M.E. tenía 41 años, una vida plena con su marido y su niña. Era una buena amiga, una persona muy dulce y cariñosa. Detallista y un poco coqueta (me gustaban nuestras pequeñas charlas de trapillos y zapatos) . Hace poco estaba buscando un traje para ir de boda (algo ligerito que le disimulara lo delgada que estaba).
Luchó durante diez años contra su cáncer. Recuerdo A., que la semana pasada me comentaste que la habías visto en un gran centro comercial y estaba  delgadísima y pálida .Quisimos pensar que era cosa del último tratamiento.

Recuerdo la última vez que hablamos. Hacía tiempo que no nos veíamos y yo sabía que nos encontraríamos en una fiestecilla local (a la que no faltaba nunca). Y aunque no era muy propensa a hablar de temas médicos (porque eso a ella "no le gustaba") , salieron las revisiones... estaba próxima la tuya y le conté que estábamos algo nerviosos, pero claro que había que seguir viviendo como siempre y acudir a estas celebraciones. Ella me contestó:

- "Claro. Yo no pienso quedarme en casa, quiero salir. Hay que seguir con la vida"

Y así lo hizo hasta el último momento. Como su marido nos decía,  siempre buscando un motivo para salir a la calle. Quiero recordarla con esas palabras e imaginármela como en una bonita foto que tengo de ella, sonriendo a la cámara. Tan guapa de naranja en la boda de unos amigos. Siempre decía que le encantaban, aunque al final acabara con alguna lagrimilla.

Me gustaría estar contigo de boda y que fuera por eso por lo que no puedo parar de llorar.


 Siempre te recordaremos, M.E.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Si tú me dices ven

He terminado de leer " Si tú me dices ven, lo dejo todo...pero dime ven" de Albert Espinosa.
Si A. ya sé que me lo he leído muy rápido. Pero es que no he podido evitarlo.
Sabes A,  este chico parece que nos conociera. Será que tiene el don de atrapar en un libro parte de la vida de la gente además de la suya propia. Porque nuestra vida, a cachitos la viven muchas personas en muchos lugares distintos y en momentos diferentes de tiempo.

Fijate¡¡¡ tanto me ha gustado,  que ya sé dos personas a las que se las voy a regalar.

Una lo entenderá porque los mensajes que contiene el libro también pueden serles utiles a ella.

La otra nos sé como se lo tomará. Ni si podrá verlos. Tampoco lo sabré (quizá ahí esta la "gracia") , porque pasará mucho tiempo hasta que nos volvamos a  ver ( Si es que alguna vez nos volvemos a encontrar en el camino). Por eso he pensado que este libro servirá como  recuerdo de despedida.

Me preguntas ... "¿porqué  has querido leer este libro?"...  Porque me gustó su autor, mucho antes de saber de él.
Quizás lo conocía y no sabía que ya lo conocía. 



viernes, 2 de septiembre de 2011

Felicidades

Esta mañana me has despertado un poquito antes de mi hora (pero no me ha importado nada, palabrita del niño jesús) y ha sido para decirme "Felicidades"

Entre el despertar (que lo tengo de oso perezoso) y que no comienzo a funcionar hasta que me tomo un café no sabía de qué me hablabas.  Hasta que he pensado en qué día es hoy.
Madre mía... qué cabeza la mía¡¡¡
Casi se me olvida. Menos mal que estás tú para recordarmelo.

Ya son 10 años de nuestro aniversario de boda.

Qué tengas un feliz día.




Nota:
Reutilizo una imagen nuestra que ya usé en otra entrada en la que hablaba de lo feliz que me sentía, para que veas que me acuerdo en otros momentos.

Y así seguimos comiendo perdices.

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